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viernes, 22 de marzo de 2013

Los impuestos más absurdos que han existido en México

El Impuesto Sobre la Renta (ISR), el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el aplicado sobre productos y servicios (IEPS) son algunos de los tributos federales básicos que todos los mexicanos debemos cumplir. Sin embargo, a lo largo de la historia, se han establecido otras cargas impositivas absurdas y hasta inverosímiles.

Uno de ellos es el reciente impuesto aplicado sobre la tenencia, traslado y sacrificio de asnos y equinos estipulado en la Ley de Ingresos 2013. En dicha norma, está enmarcada la Contribución para el Fortalecimiento Municipal que ha generado también gran disconformidad en la población de Sonora. Éstos realizaron una caminata en forma de protesta llamada “La Marcha de los Burros”.

Pero no todo queda ahí. Este tipo de tributos sin sentido se remontan al año 1325, cuando el rey azcapotzalco pedía como tributo a los aztecas, una balsa sembrada de flores y frutos además de una garza empollando sus huevos. Todo ello a cambio de beneficios en su comunidad.

Para 1521, Hernán Cortes llegó a México y adoptó el sistema tributario que había, cambiando los tributos de flores y animales por los alimentos, piedras y joyas.
Antes de la Independencia Mexicana, se cobraba el impuesto de alcabalas que consistía en la cancelación de un 10% por las transferencias de inmuebles urbanos o rústicos a título oneroso o gratuito. Por ello, se realizaba el cobro de peajes por el derecho de uso de puentes y caminos.

Por último, uno de los más absurdos data de 1858, cuando el presidente de México, Antonio López de Santa Anna, decretó una contribución de un real por cada puerta, cuatro centavos por cada ventana de las casas y también un impuesto de dos pesos anuales por cada caballo frisón (robusto) y un peso por cada caballo flaco o si el ciudadano como mascota tenía un perro.



Fuente: pulsoslp.com.mx, inep.org, guerrero.gob.mx y mexico.cnn.com

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